La calidad de vida ha existido desde los inicios de la humanidad moderna, pero recién es un concepto que se acuñó en el año 1975, proviniendo originalmente de la medicina, para expandirse a la sociología y la psicología.
Yendo un poco más hacia atrás, allá por el año 1972, en el lejano Reino de Bután, en el sur de Asia, se acuñaba el término “Felicidad Nacional Bruta” o “Felicidad Bruta Interna” como reemplazo al tradicional “Producto Bruto Interno”, siendo este un indicador más completo para medir el desarrollo de una sociedad y sus individuos, debido a que considera el desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno; factores que inciden en el bienestar de la sociedad, más aún que el sólo progreso económico.
Por otro lado, la Asamblea General de Naciones Unidas creó en el año 1968, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, con la función de contribuir a la mejora de la calidad de vida de las naciones, estando presente en 178 países y que, desde 1990, publica su Índice de Desarrollo Humano (IDH).
Como ha de notarse ya existieron esfuerzos de la humanidad por desarrollar políticas que ayuden a sus ciudadanos a alcanzar un nivel de calidad de vida y desarrollo. Pero también ha de decirse que estos esfuerzos se han dado desde una visión macro y por ello sus medidas van orientadas hacia políticas de gobierno para generar un ambiente más propicio para el desarrollo como naciones y no son específicas para las personas, sino para las sociedades en conjunto.
Por ello en IsoCoaching creamos el sistema ISOVIDA con el fin de que estas preocupaciones sociales puedan enfocarse desde el punto de vista individual y trabajarse desde esta perspectiva para la mejora de la sociedad.
